Una vez definido esto, tendréis bien claro vuestro objetivo: convertiros en un perfecto jefe de obra...
La importancia de una figura de este tipo no viene dada sólo por la coordinación de la obra, sino sobre todo por la capacidad de poder ser un buen interlocutor entre los clientes, el titular de la empresa, la administración y los obreros.
Vuestras capacidades deberán ser: dinamismo y sentido de adaptación. Es por esto que deberéis estar abiertos para recibir consejos y hábiles al decidir la mejor elección que producirá compensaciones en la empresa para la que trabajáis. Deberéis estar preparados para planificar los trabajos futuros y, sobre todo, ser decididos y estar seguros de vosotros mismos sobre el terreno. Tener una visión clara del trabajo que hay que llevar a cabo y saberlo programar con anticipación (al menos 3 meses): es esto lo que debe hacer siempre un buen jefe de obra.
En los siguientes capítulos os explicaré las distintas conexiones entre los trabajos, los calendarios y las informaciones necesarias para elaborar el crono programa; un importantísimo instrumento que, si es cumplimentado con la debida atención, será uno de vuestros mejores aliados.
Un día cualquiera
Aunque os resulte extraño, bastan 30 segundos para comenzar la jornada de la manera adecuada; el tiempo necesario para estimular la glándula pineal (glándula que trabaja en función de los ciclos luz/oscuridad liberando dos hormonas principales: serotonina y melatonina).
La serotonina es activada por la luz y he aquí algunas de sus funciones:
1) Nos vuelve atentos y vigilantes;
2) Estimula el aprendizaje y la memoria;
3) Aumenta la consciencia y la concentración;
4) Regula el equilibrio emocional y estimula el buen humor;
5) Estimula la fisiología del cuerpo y la coordina con el nivel energético.
¿Cómo estimular, por lo tanto, la glándula pineal?
Basta con que la primera cosa que hagáis por la mañana sea esta: abrir las ventanas y dejar entrar la luz. Non sólo dentro de la habitación, sino, durante unos treinta segundos, incluso dentro de vosotros mismos; permaneced allí, a la luz (probadlo, no cuesta nada).
Esto es necesario, en la obra, todos los días, se debe planificar cada cosa, poniendo siempre todo por escrito; incluso el más pequeño trozo de papel cuenta y debe ser conservado en el archivo de la obra. Estos apuntes serán muy útiles para elaborar la contabilidad de fin de mes.
Como jefes de obra deberéis llegar siempre antes para dar una vuelta por la obra y comprobar que todo está como se dejó la noche anterior.
Acabado el recorrido de control hablad con el equipo, intentad organizarlos enseguida, ajustad la jornada como la habéis pensado, escuchad las posibles objeciones que, si son justas, pueden volverse útiles en futuros trabajos, (a veces quien ejecuta manualmente el trabajo ve mejor los problemas e intuye cómo resolverlos).
Id con el equipo al lugar de trabajo, nunca dar las indicaciones por teléfono o alejados del desarrollo de los trabajos.
Debéis ser la figura de referencia en la obra y por tal motivo vuestra presencia será fundamental ya sea al comienzo (momento dedicado a la explicación de los trabajos), como durante la ejecución (momento dedicado a la supervisión y al control de los trabajos) intentando dar seguridad a quien trabaja bajo vuestras directivas.
No deis nunca demasiada confianza a los obreros, a los proveedores y a los inversores, porque puede suceder que, en el momento en que debáis imponeros sobre ellos, por un trabajo, os sentiréis culpables y llegaréis a compromisos fáciles que no rendirán económicamente lo que habíais previsto.
En la oficina (la barraca de la obra), llevaréis a cabo los trámites rutinarios que serán:
1) Compilar el diario de los trabajos;
2) Organizar y desarrollar el trabajo técnico (llamadas, contabilidad, presupuestos, ofertas, programar los trabajos, diseñar, etc.,);
3) Mantener en orden la obra, aunque seamos unos desordenados, al menos para dar buen ejemplo. A última hora de la tarde deberíais saber ya qué hacer al día siguiente y actualizar para vosotros y para el resto el programa laboral, que por lo general ha sido elaborado mensualmente, pero, cada día, con mucha probabilidad, será necesario confirmarlo o modificarlo en base a posibles retrasos o imprevistos, (puede que también por adelantos en las entregas, lo que no estaría nada mal).
Con respecto a las relaciones con la Dirección de la obra y con el promotor, sería oportuno estar siempre presente en las reuniones que se hacen durante los trabajos, lo que es fundamental para resolver problemas tanto de carácter técnico como económico.
Deberíais buscar siempre una solución en tiempo real a los problemas que surgen durante estas reuniones, si es posible haciendo uso de vuestra experiencia, o bien interpelando a vuestros superiores para una aprobación con respecto a la continuación de los trabajos, con el fin de evitar retrasos que harían perder tiempo y dinero.
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