La edición que he leído es la siguiente: MEDITACIONES, Marco Aurelio Biblioteca Básica Gredos. Introducción general de Carlos García Gual; traducción y notas de Ramón Bach Pellicer. Barcelona, 2001.
Imposible hacer una reseña completa de este libro porque sería como
volver a reescribirlo, tantos son los temas y los pensamientos
curiosos e inteligentes de este libro. Haré como la mayoría de los
que lo han leído y no son expertos en literatura grecorromana:
escogeré entre todos los pensamientos del emperador filósofo
aquellos que más me han llamado la atención y que son lo
suficientemente comprensibles para las personas que pertenecemos al
siglo XXI.
Tenía muchas ganas de leer este libro, lo compré
hace muchos años, en el 2002, y fue directamente a una balda de la
estantería dedicada a lo que yo considero la base de toda la cultura
occidental: los escritores griegos y romanos. Dicho esto, comencemos:
Al principio del libro II dice Marco Aurelio:
“Al despuntar la aurora, hazte estas
consideraciones previas: me encontraré con un indiscreto, un
ingrato, un insolente, un mentiroso, un envidioso, un insociable.” (página 15).
Bien, esto puede parecer una opinión muy
pesimista sobre el hombre o quizás un poco cínica, pero para Marco
Aurelio, desde mi punto de vista, nunca dice que estos sean hombres,
porque para él un hombre (y no perdamos de vista la época en la que
vivió el emperador filósofo) es alguien que ha nacido para
colaborar, por lo tanto no se debe tener en cuenta a ninguno de ellos
ya que está en su naturaleza ser así y es inútil enfrentarse a
ellos.
Para Maco Aurelio el hombre forma parte de la naturaleza y como
tal no puede hacer nada contrario a su propia naturaleza. Para él
existe en cada hombre un guía interior: “el guía interior es lo
que se despierta a sí mismo, se gira y se hace a sí mismo como
quiere, y hace que todo acontecimiento le aparezca tal como él
quiere” (Libro VI, página 70). Y es este guía el que hace al
hombre como es y nadie puede cambiarlo. Actuar como el guía interior
quiere es la propia naturaleza de cada hombre y está en él no
dejarse influir por lo exterior, porque lo externo al hombre y que va
en contra de su guía interior no puede afectarle ni debe hacerlo.
La vanagloria es estúpida e inútil, algo que no aporta nada al
hombre ni a la sociedad: “No quieren hablar bien de los hombres de
su tiempo y que viven a su lado y, en cambio, tienen en gran estima
ser elogiados por las generaciones venideras, a quienes nunca vieron
ni verán. Eso viene a ser como si te afligieras porque tus
antepasados no han tenido para ti palabras de elogio.”
Y justo el siguiente pensamiento después de este nos dice: “No
pienses, si algo te resulta difícil y penoso, que esto sea imposible
para el hombre; antes bien, si algo es posible y connatural al
hombre, piensa que también está a su alcance” (Libro VI, página
74).
De donde se deduce que para Marco Aurelio el orgullo y la pereza
no son cualidades dignas de un hombre que quiera vivir de acuerdo a
su naturaleza, un hombre que es social y colaborativo, porque vive en
sociedad y debe, ante todo, buscar el bien de la sociedad, que es, a
la vez, su propio bien.
Podría escribir párrafos y párrafos sobre los pensamientos vertidos por Marco Aurelio en su libro y no conseguir explicaros, siquiera de manera aproximativa, una mínima parte de su filosofía de vida. Voy a acabar esta pequeña reseña con una cita que hay al final del Libro VII y que, para mí, resume todo el pensamiento de este emperador:
“La perfección moral reside en esto: en pasar cada día como si
fuera el último, sin convulsiones, sin entorpecimientos, sin
hipocresías” (página 100).
Hay en el mercado, y cada vez más, muchos libros de auto ayuda,
unos te enseñan a ser feliz desde la primera página, o a tener
éxito en los negocios, o en el amor o en cualquiera otra cosa que el
hombre moderno piensa que es importante. Nada de esto es importante
para el emperador filósofo ni tampoco debería serlo para nosotros.
El egoísmo para nuestro autor es algo contrario a la naturaleza
intrínseca del hombre y se debe combatir o, si esto no es posible,
compadecerla. Leed las MEDITACIONES de Marco Aurelio, os será más
útil para vuestra vida diaria y para vuestra inteligencia que todos
los libros de los actuales gurús que, al contrario que el emperador
filósofo, buscan la fama y la fortuna propia, son contrarios a la
solidaridad entre los hombres y promueven el egoísmo y la falsa fama
mundana. El verdadero hombre (entendiendo como tal al conjunto de la
humanidad sin distinción de sexo, nacionalidad o religión o
cualquiera otra división posible) es alguien íntegro, austero, que
no odia a nadie, porque nada exterior a él puede afectarle, que no
busca la fama, porque es mortal y algún día, más tarde o más
temprano, morirá y con él su recuerdo, que vive de acuerdo con sus
principios y que no se ve afectado por acciones externas a él, pues
si son externas no puede controlarlas y luchar contra ellas es
inútil, así que es mejor ignorarlas y seguir el camino recto que se
ha trazado, siempre de acuerdo con la naturaleza de cada uno. Lo que
es bueno para la sociedad es bueno para el hombre, y lo contrario
también es verdad: lo que es malo o dañino para el hombre es malo y
dañino para la sociedad.
Quizás a esta sociedad moderna le haga falta un poco de la
antigua filosofía grecorromana. Hemos cambiado unos dioses por
otros, hemos renegado del pensamiento de personas inteligentes como
Marco Aurelio, Sócrates, Epicuro y muchos otros pensadores y
filósofos, para zambullirnos en un maremagnum de falsos
pensamientos, de falsas filosofías que no buscan el bien y el
progreso del HOMBRE, sino del pequeño y egoísta individuo que cree
que el bien es el suyo propio y que el de los demás que le rodean y
viven con él inmersos en su sociedad no le atañen.
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