viernes, 12 de abril de 2024

CIERRE DE ESTE BLOG

 Después de tantos años cierro este blog para intentar daros otro más intuitivo, con una apariencia distinta y que sea más fácil de seguir. Esta es la nueva dirección: 

https://mislibros63.wordpress.com/

viernes, 19 de enero de 2024

EL VAMPIRO de John Polidori - RESEÑA

 
Todos conocemos a Mary Shelley y su libro Frankestein, pero pocos saben que un joven médico, John Polidori, acompañante infatigable de Lord Byron, también estaba esa noche en la residencia suiza y que fue la otra persona que consiguió crear un libro de terror. Su título es "El vampiro". Este libro, que no llega a las 100 páginas, contiene todos los elementos que, a partir de este momento, serán los que el imaginario romántico transformará hasta llegar al Conde Drácula.
"El Vampiro" es un libro sugerente, la sangre no salta desde sus páginas para salpicar al lector. Al contrario, pocas palabras, algunas expresiones perfectamente colocadas y el terror entra en nuestras casas. 

"Este episodio sucedió durante los festejos que se organizaban durante un invierno muy crudo en la ciudad de Londres. En esas fiestas que daban los personajes más importantes de la vida nocturna y diurna de la capital inglesa, apareció un noble, que llamaba más la atención por sus peculiaridades que por su rango."

Así comienza el libro, con una descripción concisa pero lo suficientemente sugerente para la época en que se había escrito como para atrapar la atención del lector y que siguiese leyendo. Peculiaridades y excentricidades, son palabras muy evocadoras, casi no hay que describir nada más. Cada época tiene las suyas y todos las conocen. ¿Pero qué podía atraer tanto a la sociedad inglesa de finales del XIX para conseguir que este libro tuviese tal éxito que fuese traducido inmendiatamente a cuatro idiomas? En mi humilde opinión: la capacidad para sugerir más que mostrar; ni una gota de sangre, ni un mordisco salvaje en el cuello de una gentil doncella; no hay seres voladores en la oscuridad. No hay nada de eso  y sin embargo están todos los elementos de las futuras novelas de vampiros: el hombre elegante, frío y calculador que posee una personalidad magnética, que desprecia a todos y, a la vez, es admirado por aquellos a los que subestima; la impiedad de su comportamiento, el poder de transformar a todo ser que se cruza en su camino y que se relaciona de manera íntima con él (aunque esta intimidad nunca sea descripta con pelos y señales), el desprecio por el amigo que intenta comprenderlo, Aubrey, joven huérfano que tiene una hermana y que queda fascinado por la figura de este ser extraordinario, hasta que vislumbra su verdadera naturaleza.
Puede que dos siglos después de su escritura El Vampiro nos parezca un libro infantil, pero recordad que sin él Bran Stocker no hubiera escrito Drácula y las series y películas sobre vampiros nunca se hubieran filmado.

martes, 16 de enero de 2024

HOTEL D'ANGLETERRE di Carmine Mari - RECENSIONE

Riuscire a scrivere un libro di 400 pagine e che non diventi noioso leggerlo mi sembra qualcosa di affascinante. Se poi questo libro è anche scritto in prima persona e riesce a trattenere la mia attenzione leggendo per ore, allora… Complimenti allo scrittore! 
Questo mi è successo poche volte, ma una di queste è stata con Hotel d’Angleterre di Carmine Mari, un romanzo storico ambientato a Salerno. Ma non solo, romanzo con spie, con storie romantiche, che si svolge in un spazio ridotto (l’hotel d’Angleterre) e pochi personaggi. Un po’ allo stile di Agatha Christie, per la struttura del romanzo e il posto dove si muovono, ma con una maniera de scrivere fresca che usa i modi di dire di forma divertenti. Espressioni utilizzati da Carmine Mari come fare la fila per giocarsi i numeri, chi pecora si mostra, il lupo se la mangia e andare a farsi benedire sono state inserite dall’autore in bocca del giovane protagonista Edoardo Scannapiero e fanno strappare un sorriso. 
Il protagonista che racconta la storia, Edoà, è un uomo giovane che bada dalla sua mamma e vuole diventare giornalista. Si innamora cotto di una giovane donna, suffragetta, figlia di un ricco uomo di Salerno. Italia è sul punto di entrare in una guerra e dei documenti molti importanti sono spariti dall’ufficio di un militare. In maniera casuale, Edoardo si vede coinvolto in mezzo a una trama dove nessuno è quello che sembra. Forse neanche la famiglia con i bambini che non lasciano di fare baccano? Forse sì o forse no, chissà. Pochi personaggi ma abilmente descritti da Carmine Mari. 
Per quanto riguarda l’ambientazione ci mostra la Salerno nascosta, quella dei poveracci, della malavita, della miseria ma anche quella che desidera il cambiamento a una Salerno più giusta. Non è che io conosca Salerno, nella Campania, ma lo scrittore è riuscito a farmela vedere con l’immaginazione. 
Si dipingi con il pennello ma anche con le parole e Carmine Mari è un eccellente pittore di ambientazioni, personaggi, sentimenti. Mi sono trattenuta forse troppo tempo a leggere il libro, non perché non mi piacesse quello che stava leggendo, anzi, perché se leggevo ogni giorno poche pagine il finale del libro lo vedevo lontano, ed era consapevole che quando arrivasse alla fine, all’ultima pagina, mi sarei rattristata per averlo finito. Como effettivamente è successo.

Vedere su Amazon

LAS HISTORIAS (DES)VELADAS de Roberta Mezzabarba - BOOKTRAILER

 
Quince relatos intrigantes que cautivarán al lector, sin vía de escape, hasta el fin de cada relato, un viaje a través del tiempo, desde el pasado a la época contemporánea, con distintas tramas, que incluyen la novela negra. Son muchas las facetas presentes en esta antología: Monoculus Orsinum; La hermosa Galiana; Proceso a una bruja; Re- comenzar; Los paramentos; La venganza del Moai. Cada relato os sumergirá en vidas mil veces vividas y en momentos históricos, a veces cruentos y de gran impacto emocional. Pero lo más interesante es la multiplicidad de argumentos incorporados y el mensaje de esperanza y amor que la autora nos expone: entre leyendas, luchas y subtergfugios, entre brujas y teléfonos móviles de última generación, el modus operandi del protagonista marca la diferencia.

Ver en Amazon

domingo, 14 de enero de 2024

Las historias (Des)veladas - Antología de cuentos de Roberta Mezzabarba - Primeras páginas

 

LA PAZ DE LOS VENCIDOS 
Siempre le dolían los huesos cuando volvía a casa después de haber cuidado las plantas de su pequeña huerta.  
Mantenía con sus dos manos un pequeño hatillo a cuadros blancos y rojos lleno de calabacines acabados de recoger: los deslizó sobre la mesa de la cocina y sintió que se mareaba.  
Se apoyó en la mesa y, apartando una silla, a duras penas, se sentó.  
Hacía ya tiempo que el dolor de cabeza que la perseguía desde su juventud la había abandonado y que su vida discurría tranquila… pero en aquel momento parecía que se le escapaba por la punta de los dedos.  
Alfa cerró los ojos y se vio de niña, aquella mañana de julio de 1944, cuando estrechando contra el pecho un fardo de cuadros blancos y rojos, lleno de calabacines acabados de recoger en el huerto de tía Ines, estaba a punto de entrar en casa cuando encontró la puerta abierta de par en par y la madre vestida con el traje de los domingos, aquel azul con las florecillas, entre dos partisanos armados de expresión dura y decidida. 
Aquella mañana, Alfa y la madre deberían haber ido a Vercelli a retirar el subsidio de guerra para los familiares de los combatientes: al padre de Alfa, Pietro Giubelli, lo habían dado por desaparecido. 

«¡Muévete, Margherita! ¡A Palmo no le gusta esperar, sin tonterías, síguenos!» 
Aquellas palabras, gritadas por la voz estridente de uno de los hombres armados, rompieron el silencio ensordecedor donde sólo el chillido de las golondrinas retumbaba en el cielo. 
Alfa no entendía lo que estaba sucediendo y buscaba con su mirada la de la madre, que, con los ojos, sin embargo, parecía querer evitarla. 
«Si me vais a interrogar, entonces me llevo también a mi hija… además no tengo dónde dejarla.» 
Al escuchar estas palabras Alfa se enroscó a las piernas de la madre. 
«Anduma!1» gritó uno de los hombres, y la extraña compañía se puso en movimiento: dos hombres armados y una mujer con una niña agarrada a su falda. No se dirigieron, como habían dicho, a ver al comandante sino que se metieron por la calle que llevaba al cementerio, evitando adrede el centro de Crevacuore y, con las casas, los ojos indiscretos. 
Poco antes de llegar al cementerio había una cabaña abandonada. La compañía se paró enfrente de aquella pequeña construcción. 
Uno de los partisanos arrebató a Alfa de la madre, manteniéndola quieta, luego, Margherita, fue empujada al interior de la cabaña. 
La mujer intentaba zafarse de la presa de las manos de los dos partisanos que le apretaban los brazos mientras gritaba: 
«¿Qué queréis de mí? ¿Qué queréis de mí?» 
Las lágrimas querían salir de los ojos de Alfa pero la niña no apartaba los ojos de su madre que, aunque atemorizada, mantenía su orgullo. 
De repente, en la puerta de la cabaña, apareció la figura de Palmo, aparentemente desarmado, con la boina en la cabeza y los finos labios formando una mueca. 
El hombre se paró en el umbral de aquella cabaña y su mirada pareció perforar, casi físicamente, con una violencia inaudita, a Alfa y a la madre, que al sentir sobre ellas aquellos ojos habían dejado de moverse. 
Jefe indiscutible de los partisanos, Aurelio Bussi, alias Palmo, producía terror con su sola presencia: a un gesto suyo, los partisanos que se encontraban dentro de la cabaña, salieron, dejándolo solo con Margherita. 
Fueron unos largos minutos de espera silenciosa en los que incluso las respiraciones semejaban querer hablar: Alfa no apartaba la mirada de la puerta de aquella barraca delante de la que había pasado mil veces pero a la que no había dado ninguna importancia. 
De vez en cuando se escuchaba la voz de Margherita gritar palabras que no se distinguían pero cuyo sonido confuso parecía conseguir contar, por si mismo, todo el dramatismo del momento, el miedo, la rabia, la impotencia de la mujer ante una decisión, aparentemente, ya tomada antes de escucharla. 
Después todo se aquietó y se escuchó el sonido de unos pasos. 
Margherita salió vacilante, en primer lugar, seguida a pocos pasos por Palmo: la mujer tenía el rostro alterado pero la hija, de todos modos, corrió hacia ella, abrazándola y buscando consuelo entre las manos de su madre, que se levantaron inmediatamente para acariciar su cabeza. 
Alfa se dio la vuelta, miró al hombre que estaba junto a ellas: los ojos de Palmo eran fisuras en la fuerte luz estival y su expresión no dejaba transparentar ningún sentimiento.. 
«Ha llegado tu hora, Margherita. Vosotros dos, Ricciotti y Giubelli2 siempre habéis sido mi ruina, siempre me habéis dado que hacer, ¡sois un puñado de fascistas y de delincuentes!» 
El susurro de la voz del jefe partisano resonó despiadado, como una ráfaga de viento frío, en la explanada delante de la cabaña. 
Palmo hizo una señal con la cabeza, en dirección a sus hombres, y los dos partisanos que estaban más cerca de Margherita, comenzaron a empujarla por el sendero que subía hacia el cementerio, y después de unos pocos pasos apareció ante los ojos de la mujer y de Alfa un ancho muro gris. 
Lo que estaba a punto de suceder resultó muy claro para ambas. 
Ya no quedaba espacio para las ilusiones. 
Los hombres que la habían conducido a empellones hasta allí habían aflojado la presión en los brazos de la mujer, que ahora podía abrazar estrechamente a la hija manteniéndole la cabeza apretada contra el estómago. 
La niña, con sus míseros diez años, sintió los latidos enloquecidos del corazón materno, tum, tum, y estrechándola con fuerza fue consciente, en su joven corazón, de lo que estaba a punto de suceder. 
Un partisano, al que los otros llamaban Orlando, se acercó a las dos mujeres intentando apartar a Alfa de los brazos de Margherita. 
«Pietà l’è morta!3» gritaban los otros incitando al muchacho a actuar con mano dura y no dejarse llevar por la compasión. 
Alfa gritaba, no quería soltarse y se resistía dando patadas, con la cabeza baja. 
El hombre la arrancó del cuerpo de la madre con un gesto decidido y la arrastró como si fuese un fardo: las rodillas de la niña se pelaron en las piedras de la grava, pero la pequeña no sintió dolor, sólo tenía oídos para los gritos de la madre. 
«¡No, no, socorro, no! ¡Alfa! ¡Alfa!» 
Arrastraron lejos a la chiquilla y vio a la madre retenida con firmeza por uno de aquellos hombres armados, luego vio a Palmo hablar con los otros, pero no distinguió las palabras. 
En ese momento el partisano Orlando, que todavía mantenía agarrados firmemente los brazos de Alfa, le presionó su cara contra su tórax, cubriéndole los ojos, quizás en un gesto de extrema piedad. La niña con la cara encima del partisano, escuchó la primera explosión, luego un barrido de ametralladora.

1 Nota del traductor: Dialecto del Piemonte. En italiano, Andiamo!. En español, ¡Vamos!

2 Nota de la autora: Ricciotti era el apellido de Margherita, madre de Alfa, y Giubelli el del padre, Pietro.

3 Nota del traductor: En dialecto piamontés, en el original. En italiano, La pietà è finita!. En español, ya no hay piedad.

Ver en Amazon

martes, 2 de enero de 2024

ROMA SONO IO di Santiago Posteguillo - RECENSIONE

Tutti noi abbiamo letto molti libri sulla vita di Giulio Cesare. Per quanto riguarda me sono sempre stati dei libri che raccontano gli ultimi giorni del dittatore e la sua morte. 
Roma sono io di Santiago Posteguillo è stato, assolutamente, il primo libro che ho letto sul Giulio Cesare giovane. È stata una scoperta meravigliosa. Molti anni fa ho letto libri scritti dagli scrittori classici sulle guerre civili nella Roma antica ma, proprio, forse perché non era la mia storia diretta, non mi sono resa conto di ciò che significava. 
Con questo libro di Posteguillo ho imparato il significato delle guerre civili a Roma. Di fatto, Roma sono io, il titolo del libro, non riguarda Cesare, come si poteva pensare prima di cominciare a leggere il romanzo, ma alla brama di potere di ogni dittatore che ha voluto trarre profitto di Roma per sé stesso. 
Roma sono io è la storia del giovane Giulio Cesare, certo, ma anche quella di Silla, di Cinna, di Dolabella. 
Siccome il protagonista è Cesare il romanzo comincia con la nascita di questo bambino che diventerà il più grande generale di Roma. Ma poi il romanzo prende un’altra piega incrociando la storia del futuro dittatore con altre storie. 

Roma sono io si suddivide in due grandi parti: 
- quella che ha a che vedere con la vita di Cesare, quella familiare, le Memorie, è così la vita di Cesare è raccontata dal punto di vista di sua madre, Aurelia, il suo zio, Gaio Mario, sua moglie Cornelia e il suo grande amico Labieno.
In queste memorie si incrociano le storie sullo sviluppo di un Cesare ragazzo di pochi anni fino al momento in cui deve lottare per la sua vita e dei suoi legionari a Mitilene. 
Ogni memoria ci scopre un aspetto che non conoscevamo di Cesare e anche il suo svolgimento fisico, mentale e politico. 
Ma, con ogni Memoria scopriamo la personalità delle persone che faranno di Cesare un grande uomo. 
- quella che ha a che vedere con lo svolgimento politico di Cesare, Silla e tutto il processo contro Dolabella. 
In questo modo, amici e nemici, si incrociano in una storia affascinante. 

È la vita di Cesare l’argomento principale del romanzo di Posteguillo? All’inizio sembra di sí, ma, man mano che si legge il libro si scorpre che, veramente, l’argomento principale è diverso. È la storia degli anni turbolenti delle guerre civili e di tutti i dittatori che cercarono di fare di Roma la sua propietà, con diritto di vita y di morte su tuti quanti non erano d’accordo con le loro idee. 
Così ho imparato: 
- come era la lotta tra optimates e popolanos 
- chi era cittadino romano e chi socio 
- come le legioni di Roma sono diventate profesionisti. 

Quale è il personaggio che mi ha colpito di più di tutto il libro? Gaio Mario. 
Gaio Mario, zio di Cesare, rappresenta la virtus romana, la nobiltà di carattere; è un patrizio, certo, ma non cerca i profitto personale bensì la grandeza di Roma, questa deve abbracciare a tutti (cittadini, socii, i poveri di Roma). Gaio Mario prende il sopravvento su tutti gli altri personaggi del romanzo. Per me, Roma è Gaio Mario, con il suo senso della giustizia, dell’onore, dell’eroismo, dell’amicizia; per Gaio Maio i suoi soldati, che provengono dei quartieri poveri di Roma, i soci (i popoli che sono stati romanizati e che bramano per la giustizia romana), sono Roma, no i ditattori. Nel capitolo 23 Gaio Mario dice: 

(…) difenderò Roma. Un giorno riuscirò a cambiare questa città affinché sia di tutti: popolari, cavalieri, plebei e soci. Però prima devo difenderla. Quando c’è una grave crisi in atto, non c’è tempo per dispute politiche. Solo i malvaggi e gli stupidi mettono la politica davanti alle crisi. 

Avrei potuto cominciare a inserire brano dopo brano su questo personaggio, Gaio Mario, sette volte console di Roma, difensore della grandeza e della virtus romana, zio di Giulio Cesare ma non devo, peccato!, ci sono altri personaggi come Cornelia, una ragazza di otto anni che è già conscia di cosa si aspetta di lei: 

io sono abituata a fare quello che mi ordinano. Forse tu no. 

O Aurelia, la madre di Giulio Cesare, una donna forte e inteligente che sempre ricorda al figlio il suo destino eroico, nel capitolo intitolato Il sangue di Enea, Aureli dice al giovane Giulio: 

Ricorda sempre la storia della tua stirpe, della tua origine, della nascita della gens Giulia, la tua famiglia, la più nobile e importante di tutta Roma. La dea Venere giacque con il pastore Anchise e della relazione nacque Enea. Il figlio di Enea venne chiamato Iulio e tu discende da lui. Sei l’erede degli eroi di Troia… 

Il romanzo di Posteguillo è molto complesso. Cercare di fare una recensione di ogni aspetto del romanzo sarebbe una tarea immane. Basta dire che sono riuscita a finirlo in tre giorni, che non potevo lasciare di leggerlo finchè i miei occhi cominciavano a vedere la riga doppia, che ogni personaggio, cattivo o meno, mi ha colpito in maniera che ho amato a quelli belli, eroiche, a volte forse ingenui, come il giovane Cesare quando deve fare l’avvocato dell’acussa nel processo contro Dolabella, come Gaio Mario, come il padre di Cesare, e odiato a quelli come Silla, Dolabella e tutti quanti volevano il potere per sé stessi. 
Devo anche dire che il lavoro di traduzione svolto per Adele Ricciotti mi sembra meraviglioso. Sono riuscita a dimenticare che questo libro, Roma sono io, è stato scritto da uno scrittore spagnolo, che la sua lingua di origine è lo spagnolo, e ho amato la traduzione di questa donna, Adele Ricciotti. 

Vedere su Amazon

LA BANDA DEI CALIOTI di Ferdinando Martino - RECENSIONE

 
Rinaldo, Umberto, Gimmo e Alfredo sono quattro ragazzi amici, frequentano la stessa scuola media. Appartengono a famiglie normali, senza problemi di soldi, comunque, cominciano a fare piccoli furti all’inizio dell’adolescenza. 

Lo stile di vita criminale lo interpretavano anche come una protesta, una risposta dura al sistema, rassegnati al fatto che non avremmo trovato un posto nel cosiddetto mondo perbene (pagina 34) 

Conosco abbastanza libri che parlano dei malavitosi, in genere sono storie che parlano di persone povere che vivono una vita davvero insopportabile e che, per andare avanti, non trovano un altro cammino che le rapine e altri azioni fuorilegge. A dire il vero sempre mi avevo chiesto come fosse possibile che un ragazzo o una ragazza, con dei genitori che danno loro tutto quello che desiderano, che frequentano la scuola e anche l’università, quindi, persone con un certo livello di cultura, erano riuscite a scegliere una maniera di vivere così pericolosa. Certo, il denaro. Ma non solo, come ci informa la citazione di sopra. 
La banda dei Calioti di Ferdinando Martino racconta il percorso di quattro ragazzi in gamba che scelgono questa forma di vita, che non ha a che vedere con i malviventi di strada che non hanno avuto un’altra scelta. Ed è questo quello che attira l’attenzione di Bruno il Corso quando conosce ai nostro protagonisti nel carcere di Poggioreale. Sono persone intelligenti, posso prendere una strada diversa anche all’interno del mondo della Camorra. 
Da questo momento comincia un’ascesa all’interno di un mondo così diverso da quello in cui sono stato cresciuti: la criminalità organizzata. 
Il libro è scorrevole, i personaggi (ognuno con la sua personalità diversa) sono stati descritti con molta cura e Ferdinando Martino sa delineare perfettamente i diversi caratteri che conformano la vita malavitosa. La maniera di scrivere dell’autore è sintetica, ogni parola e ogni frase è importante, non ci sono descrizioni lunghe per riempire le pagine. Leggere La banda dei Calioti è come vedere un film, anzi, un eccellente film.

Vedere su Amazon